Consagración a la Virgen o más bien dicho a Jesús por manos de María según San Luis María de Monfort.
Se comienza 33 días antes del 25 de marzo, que es día de la anunciación.
Se utilizan 12 días en vaciarse del espíritu del mundo y tres semanas en
llenarse de Jesucristo por medio de María.
Doce días:
Se emplean doce días en vaciarse de espíritu del mundo, contrario al de
Jesucristo.
(Para ello lo que yo hago es tratar de no pecar, de no tener
entretenimientos inútiles que me aparten de Dios, también podría ser estar
unidos a Dios en la oración.)
Primera
semana:
Dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento
de sí mismos haciéndolo todo con espíritu de humildad.
Meditar estos tres pensamientos: ”Piensa en lo que fuiste, un poco de
barro; en lo que eres un poco de estiércol; en lo que serás: pasto de gusanos”
Rogarán al Señor y al Espíritu Santo que los ilumine diciendo:¡Que yo te
conozca! ó ¡Ven, Espíritu Santo! Dirán todos los días las letanías del Espíritu
Santo, el himno Salve estrella del mar y las letanías de la santísima Virgen.
Segunda
semana:
Se dedicarán en todas sus oraciones y obras del día a conocer a la
Santísima Virgen, pidiendo ese conocimiento al Espíritu Santo.
(Leer y meditar lo que se dice de ella en el tratado de la verdadera
devoción a la santísima Virgen de san Luis María de Monfort.)
Rezar con esta intención las letanías del Espíritu Santo, el rosario (veinte
misterios) o la cuarta parte de él (cinco misterios).
Tercera
semana:
Dedicarán la tercera semana a conocer a Jesucristo, (Leer y meditar lo
dicho en el libro “tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen)
Rezar la oración de san Agustín que se lee hacia el comienzo de la
segunda parte vdev.67(los párrafos del libro están numerados, esta oración está
en el número 67)
Podrán repetir una y mil veces con el mismo santo: ¡Que yo te conozca
Señor¡ ó ¡Señor sepa yo quien eres tú¡
Rezar las letanías del Espíritu Santo, el himno salve estrella del mar y
las letanías del santo nombre de Jesús.
Al concluir
las tres semanas:
Se confesarán y comulgarán con la intención de entregarse a Jesucristo,
en calidad de esclavos de amor, por las manos de María.
Y después de la comunión- que procurarán hacer según el método que
expondré más tarde (está escrito más adelante)- recitarán la fórmula de
consagración.
Es importante que la escriban ó la hagan escribir si no está impresa y
la firmen ese mismo día.
Es importante también que pague en ese día algún tributo a Jesucristo y
a su santa Madre, ya como penitencia por su infidelidad al compromiso
bautismal, ya para patentizar su total dependencia de Jesús y de María .Ejemplo
un ayuno, una mortificación, una limosna, un cirio, aunque sea un alfiler con
tal que lo den de todo corazón, sería bastante para Jesús que sólo atiende a la
buena voluntad.
Al menos en cada aniversario, renovarán dicha consagración, observando
las mismas prácticas durante tres semanas.
(San Luis María recomienda llevar cadenillas de hierro para recordar la
esclavitud de amor ya sea en el cuello los brazos ó los pies, puede ser también
un rosario, una medalla de la Virgen ó un crucifijo previamente bendecidos).
Todos los meses y aún todos los días renovar su entrega con estas pocas
palabras: ”Soy todo tuyo y cuanto tengo es tuyo, oh mi amable Jesús, por María,
tu madre Santísima”
LETANÍAS DEL
ESPÍRITU SANTO
Señor, ten piedad de nosotros (2).
Cristo, ten piedad de nosotros (2).
Señor, ten piedad de nosotros (2).
Cristo, óyenos (2).
Cristo, escúchanos (2).
Dios Padre celestial, ten piedad
de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo,
Dios Espíritu Santo,
Trinidad santa, que eres un solo Dios,
Espíritu, que procedes del Padre y del Hijo,
Espíritu santo, que al comienzo de la creación, planeando sobre las
aguas las fecundaste,
Espíritu, por cuya inspiración han hablado los santos hombres de Dios,
Espíritu, cuya unción nos enseña todas las cosas,
Espíritu, que das testimonio de Cristo,
Espíritu de la Verdad, que nos instruyes sobre todas las cosas,
Espíritu, que sobreviniste sobre María,
Espíritu del Señor, que llenas el orbe,
Espíritu de Dios, que habitas en nosotros,
Espíritu de sabiduría y de entendimiento,
Espíritu de consejo y fortaleza,
Espíritu de ciencia y de piedad,
Espíritu de temor del señor,
Espíritu de gracia y de misericordia,
Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,
Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,
Espíritu de humildad y castidad,
Espíritu de benignidad y mansedumbre,
Espíritu de gracia multiforme,
Espíritu, que escrutas hasta los secretos de Dios,
Espíritu, que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
Espíritu, en el cual renacemos,
Espíritu que difundes la caridad en nuestros corazones,
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu, que apareciste sobre los Apóstoles en lenguas de fuego,
Espíritu, que colmó a los Apóstoles,
Espíritu, que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
Muéstrate propicio, perdónanos,
Señor,
Muéstrate propicio, escúchanos
Señor,
De todo mal, Líbranos Señor,
De todo pecado,
De las tentaciones e insidias del demonio,
De toda presunción y desesperación,
De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,
De toda impureza,
Del espíritu de fornicación,
De todo espíritu malo,
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,
Por tu descenso sobre los Apóstoles,
En el día del juicio, Pecadores, te
rogamos, óyenos,
Que así como vivimos por el Espíritu, obremos también por el Espíritu,
Que recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo profanemos,
Que viviendo según el Espíritu, no cumplamos los deseos de la carne,
Que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Que no te contristemos a Ti, Espíritu Santo de Dios,
Que seamos solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de
la paz,
Que no creamos a todo espíritu,
Que probemos a los espíritus, si son ó no de Dios,
Que te dignes renovar en nosotros el espíritu de rectitud
Que nos confirmes con tu espíritu soberano,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros,
Oremos: El espíritu que procede de Ti, Señor, ilumine nuestras almas y,
según la promesa de tu Hijo, nos dé a conocer toda la verdad, Por Jesucristo
Nuestro Señor. Amén.
OH
SANTA MARÍA DE MARES ESTRELLA
Oh Santa
María,
De mares
estrella,
Virgen de Dios
Madre
Y del Cielo
Puerta.
Retomando el Ave
Que Gabriel te
diera,
La paz
corrobora,
Cambia el
nombre de Eva.
Al ciego
ilumina
Y libra al
cautivo,
Ahuyenta los
males,
Da bienes
divinos.
Haz ver que
eres Madre,
Por ti
nuestras preces
reciba El que
es tuyo
Y ser nuestro
quiere.
Bendita
Señora,
La más dulce y
buena
Borrando el
pecado,
Endulza las
penas.
Danos vida
santa
Y recto
camino,
Para que en el
Cielo
Veamos a tu
Hijo.
Gloria al
Padre eterna,
gloria a
Jesucristo,
gloria al
Santo Espíritu
Y gloria a los
Tres. Amén.
LETANÍAS
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Señor, ten piedad de nosotros (2 veces)
Cristo, ten piedad de nosotros (2 veces)
Señor, ten piedad de nosotros (2
veces)
Cristo, óyenos (2 veces)
Cristo, escúchanos (2 veces)
Dios, Padre Celestial, ten piedad
de nosotros,
Dios, Hijo Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Trinidad Santa que eres un solo Dios,
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios,
Santa virgen de las vírgenes,
Madre de Jesucristo,
Madre de la Iglesia,
Madre de la divina gracia,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre virgen,
Madre sin mancha,
Madre inmaculada,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre del buen consejo,
Madre del Creador,
Madre del Salvador,
Virgen prudentísima,
Virgen venerable,
Virgen laudable,
Virgen poderosa,
Virgen clemente,
Virgen fiel,
Espejo de justicia,
Trono de la sabiduría,
Causa de nuestra alegría,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Rosa mística,
Torre de David,
Torre de marfil,
Casa de oro,
Arca de la alianza,
Puerta del Cielo,
Estrella de la mañana,
Salud de los enfermos,,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Auxilio de los cristianos,
Reina de los ángeles,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los confesores,
Reina de las vírgenes,
Reina de todos los Santos,
Reina concebida sin pecado original,
Reina asunta al cielo,
Reina del Santísimo Rosario,
Reina de la paz,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros,
Ruega por nosotros Santa madre de Dios. Para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos: Te rogamos, Señor que nos concedas a nosotros tus siervos, gozar
de perpetua salud de alma y cuerpo, y por la intercesión de la Bienaventurada,
Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la
alegría eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor. R. Amén.
SANTO
ROSARIO
Misterios gozosos (Lunes y sábado)
PRIMER MISTERIO GOZOSO: La anunciación.
Lucas 1,28:
El ángel le dijo a María:” Salve llena de gracia, el
Señor es contigo”.
1 Padrenuestro, 10 avemarías y un gloria.
SEGUNDO MISTERIO GOZOSO: La Visitación.
Lucas 1 del 41 al 42.
Así que oyó Isabel el saludo de María, se llenó del
Espíritu Santo, y clamó con fuerte voz:” ¡Bendita tú entre las mujeres, y
bendito el fruto de tu vientre¡”
1 Padrenuestro, 10 avemarías y un gloria.
TERCER MISTERIO GOZOSO: El nacimiento del niño Jesús
en Belén.
Lucas 2,7:
María dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió
en pañales y lo acostó en un pesebre, por no haber sitio para ellos en la
posada.
1 Padrenuestro, 10 avemarías y un gloria.
CUARTO MISTERIO GOZOSO: La presentación del niño Jesús
en el templo.
Lucas 2,22:
Así que se cumplieron los días de la purificación,
conforme a la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarlo al
Señor.
1Padrenuestro,10 avemarías y un gloria.
QUINTO MISTERIO GOZOSO: El niño Jesús perdido y
hallado en el templo.
Lucas 2,46:
Y a los tres días, lo encontraron en el Templo,
sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles.
1Padrenuestro, 10 avemarías y un gloria.
MISTERIOS LUMINOSOS (JUEVES)
PRIMER MISTERIO LUMINOSO: El Bautismo del Señor en el
Jordán.
Mateo 3,16:
En ese momento se abrieron los cielos y vió al
Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia Él.
1Padrenuestro,10
avemarías y un gloria.
SEGUNDO
MISTERIO LUMINOSO: Cristo se revela a sus discípulos en las bodas de Caná .
Juan 2,7-8:
Jesús dijo a
los sirvientes: ”Llenen de agua las tinajas” y las llenaron hasta el borde…”Saquen
ahora agregó Jesús”.
1Padrenuestro,
10 avemarías y 1gloria.
TERCER
MISTERIO LUMINOSO: El anuncio del reino invitando a la conversión.
Marcos 1
,14-15
Jesús se
marchó a Galilea a proclamar el evangelio de Dios. Decía: ”Se ha cumplido el
plazo, está cerca el Reino de Dios, conviértanse y crean en el Evangelio.
1Padrenuestro,10
avemarías y un gloria.
CUARTO
MISTERIO LUMINOSO: La transfiguración.
Marcos 9 del 2
al 3:
“Seis días
después Jesús tomó consigo a Pedro, Santiago y Juan y los llevó a ellos solos a
un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos. Sus vestiduras se
volvieron resplandecientes, tan blancas como nadie en el mundo podría
blanquearlas.”
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
QUINTO
MISTERIO LUMINOSO: La institución de la eucaristía.
Mateo 26,
26-28:
Jesús tomó el
pan dió gracias, lo partió y lo dió a sus discípulos diciendo: ”Esto es mi
cuerpo…”Hizo lo mismo con la copa diciendo: ”Esta copa es la Nueva Alianza
sellada con mi Sangre que se derrama por ustedes”.
1Padrenuestro
10 avemarías y un gloria.
MISTERIOS
DOLOROSOS(Martes y viernes)
PRIMER
MISTERIO DOLOROSO: La oración de Nuestro Señor Jesucristo en el huerto.
Lucas 22 del
44 al 45.
Y sudó como
gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra. Levantándose de la
oración, vino a los discípulos y los encontró dormidos por efecto de la
tristeza.
1Padrenuestro,10
avemarías y un gloria.
SEGUNDO
MISTERIO DOLOROSO: La flagelación de Nuestro Señor Jesucristo.
Juan 19,1:
Tomó entonces
Pilatos a Jesús y mandó azotarlo.
1Padrenuestro
y 10 avemarías
TERCER
MISTERIO DOLOROSO: La coronación de espinas de Nuestro Señor Jesucristo.
Mateo 27 del
28 al 29:
Y despojándolo
de sus vestiduras, le echaron encima un manto de color púrpura, y tejiendo una
corona de espinas se la pusieron sobre la cabeza y en la mano derecha una caña.
CUARTO
MISTERIO DOLOROSO: Nuestro Señor Jesucristo con la cruz a cuestas.
Juan 19,17:
Tomaron, pues,
a Jesús y, El cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, en
hebreo Gólgota.
QUINTO
MISTERIO DOLOROSO: La Crucifixión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo.
Lucas 23,46:
Jesús, dando
un fuerte grito, exclamó: ”Padre, en tus manos encomiendo mi Espíritu”; y
diciendo esto, expiró.
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
MISTERIOS
GLORIOSOS (miércoles y domingo)
PRIMER
MISTERIO GLORIOSO (La resurrección de nuestro Señor Jesucristo)
Marcos 16,6:
Resucitó. No
está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron.
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
SEGUNDO
MISTERIO GLORIOSO: La ascensión de Nuestro Señor Jesucristo a los cielos.
Marcos 16,19:
Entonces el
Señor, después de haberles hablado, fue elevado al cielo, y está sentado a la
diestra de Dios.
1Padrenuestro
,10 avemarías y un gloria.
TERCER
MISTERIO GLORIOSO: La venida del Espíritu Santo sobre la Santísima Virgen María
y los apóstoles.
Hechos 2,2:
Se produjo de
repente un ruido proveniente del cielo como el de un viento que sopla
impetuosamente, que invadió toda la casa en que residían.
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
CUARTO MISTERIO
GLORIOSO: La asunción de la Santísima Virgen a los cielos.
Apocalipsis
12,1:
Apareció en el
cielo una figura portentosa, una mujer vestida del sol, con la luna por
pedestal.
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
QUINTO
MISTERIO GLORIOSO: La coronación de la Santísima Virgen como Reina del cielo y
de todo lo creado.
Apocalipsis
12,1:
Sobre su
cabeza una corona de doce estrellas.
1Padrenuestro,
10 avemarías y un gloria.
AL CONCLUIR
LOS CINCO MISTERIOS DEL DÍA SE REZAN 1PADRENUESTRO Y TRES AVEMARÍAS POR LAS
INTENCIONES DEL SANTO PADRE Y LUEGO LA SALVE REGINA.
vDev 67
ORACION DE SAN AGUSTÍN:
Para alcanzar
de tu misericordia
una verdadera
devoción hacia tu Santísima Madre
y difundir
esta devoción por toda la tierra,
concédeme
amarte ardientemente
y acepta para
ello
la súplica
inflamada
que te dirijo
con San Agustín
y tus
verdaderos amigos:
“Tu eres, oh
Cristo,
mi Padre
Santo, mi Dios misericordioso,
mi rey
poderoso, mi buen pastor,
mi único
maestro, mi mejor ayuda,
mi amado
hermosísimo, mi pan vivo,
mi sacerdote
por la eternidad,
mi guía hacia
la patria,
mi luz
verdadera, mi dulzura santa,
mi camino
recto, mi Sabiduría preclara.
mi humilde
simplicidad, mi concordia pacífica,
mi protección
total, mi rica heredad,
mi salvación
eterna…
¡Cristo Jesús,
Señor amabilísimo¡
¿Porqué habré
deseado durante la vida
algo fuera de ti mi Jesús y mi Dios?
¿Dónde me
hallaba cuando no pensaba en ti?
Anhelos todos
de mi corazón,
inflámense y
debórdense desde ahora
hacia el Señor
Jesús,
corran que
mucho se han retrasado,
aoresúrense
hacia la meta,
busquen a
quien buscan,
¡Oh Jesús¡ !Anatema
quien no te ame¡
¡Reboce de
amargura quien no te quiera¡
¡Dulce Jesús,
que todo buen corazón dispuesto a la alabanza,
te ame,
se deleite en
ti,
se admire ante
ti¡
¡Dios de mi
corazón¡
¡Herencia mía,
Cristo Jesús¡
¡Desfallezca
el latir de mi corazón¡
Vive señor en
mí,
enciéndase en
mi pecho
la viva llama
de tu amor,
acrézcase en
incendio;
arda siempre
en el altar de mi corazón,
queme en mis
entrañas,
incendie lo
íntimo de mi alma,
y que en el día de mi muerte
comparezca yo
consumado en tu presencia.
Amén.
LETANÍAS DEL
SANTO NOMBRE DE JESÚS
Señor, ten piedad de nosotros (2).
Cristo, ten piedad de nosotros (2).
Señor, ten piedad de nosotros (2)
Jesús, óyenos (2).
Jesús, escúchanos (2).
Dios Padre celestial, ten piedad
de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo.
Dios Espíritu Santo,
Trinidad Santa, que eres un solo Dios,
Jesús, Hijo del Dios vivo,
Jesús, esplendor del Padre,
Jesús, brillante blancura de la luz eterna,
Jesús, Rey de la gloria,
Jesús, Sol de justicia,
Jesús, Hijo de María Virgen,
Jesús, amable,
Jesús, adorable,
Jesús, Dios fuerte,
Jesús, Padre del siglo futuro,
Jesús, Ángel del gran consejo,
Jesús, potentísimo,
Jesús, pacientísimo,
Jesús, obedientísimo,
Jesús, manso y humilde de corazón,
Jesús, que amas la castidad,
Jesús, que amas a todos los hombres,
Jesús, Dios de paz,
Jesús, modelo de las virtudes,
Jesús, celador de las almas,
Jesús, Dios nuestro,
Jesús, refugio nuestro,
Jesús, padre de los pobres,
Jesús, tesoro de los fieles,
Jesús, buen pastor,
Jesús, luz verdadera,
Jesús, Sabiduría Eterna,
Jesús, bondad infinita,
Jesús, Camino y Vida nuestra,
Jesús, Rey de los Patriarcas,
Jesús, alegría de los Angeles,
Jesús, Maestro de los Apóstoles,
Jesús, Doctor de los Evangelistas,
Jesús, fortaleza de los Mártires,
Jesús, luz de los Confesores,
Jesús, pureza de las vírgenes,
Jesús, corona de todos los santos,
Muéstrate propicio, perdónanos
Jesús.
Muéstrate propicio, escúchanos
Jesús.
De todo mal, líbranos Señor.
De todo pecado,
De tu ira,
De las insidias del diablo,
Del espíritu de fornicación,
De la muerte eterna,
Del menosprecio de tus inspiraciones,
Por el misterio de tu santa Encarnación,
Por tu natividad,
Por tu santa infancia,
Por tu vida totalmente divina,
Por tus trabajos,
Por tu pasión y muerte,
Por tu cruz y tu abandono,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu Resurrección,
Por tu Ascención,
Por tus alegrías,
Por tu gloria,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Jesús,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Jesús,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
V. Bendito sea el nombre del Señor.
R. Ahora y por
siempre.
Oremos: Señor Jesucristo, que dijiste: ”Pidan y les darán, busquen y hallarán,
toquen a la puerta y les abrirán”. te pedimos nos enseñes a responder a tu
divino amor, para que amándote de todo corazón, con hechos y palabras, no nos
cansemos nunca de alabarte. A Ti que vives y reinas por los siglos de los
siglos. Amén.
PRÁCTICA DE LA
CONSAGRACIÓN TOTAL EN LA SAGRADA COMUNIÓN.
A/. Antes de
la Comunión
PRIMERO: Humíllate profundamente delante de Dios.
SEGUNDO: Renuncia a tus malas inclinaciones y a tus disposiciones, por
buenas que te las haga ver el amor propio.
TERCERO: Renueva tu consagración diciendo “Soy todo tuyo, oh María, y cuanto tengo es tuyo”.
CUARTO: Suplica a esta
bondadosa madre que te preste su corazón para recibir en él a su Hijo con sus
propias disposiciones. Le harás notar cuánto importa a la gloria de su Hijo que
no entre en un corazón tan manchado e inconstante como el tuyo, que no dejaría
de menoscabar su gloria y hasta llegaría a apartarse de él. Pero que si ella
quiere venir a morar en ti para recibir a su Hijo, puede hacerlo, por el
dominio que tiene sobre los corazones, y que su Hijo será bien recibido por
ella sin mancha ni peligro de que sea rechazado :”Teniendo a Dios en medio, no vacila” (salmo 45,6).
Dile, con absoluta confianza que
todos los bienes que le has dado valen poco para honrarla. Pero que, por la Sagrada Comunión, quieres hacerle
el mismo obsequio que le hizo el Padre Eterno: obsequio que la honrará más que
si le dieses todos los bienes del mundo.
Dile, finalmente, que Jesús que la ama en forma excepcional, desea
todavía complacerse y descansar en Ella, aunque sea en tu alma, más sucia y
pobre que el establo en donde Jesús se dignó nacer porque ahí estaba Ella.
Pídele su corazón con estas tiernas palabras:”!Tú eres mi todo, oh María, préstame tu corazón¡
B/. En la
Comunión.
Dispuesto ya a recibir a Jesucristo, después del Padre Nuestro, le dirás
tres veces: ”Señor, no soy digno de que
entres en mi casa…”como si dijeses,
La primera vez al Padre Eterno que no eres digno de recibir a su Hijo
único, a causa de tus malos pensamientos e ingratitudes para con un Padre tan
bueno, pero que ahí está MARÍA, SU ESCLAVA, QUE RUEGA POR Ti y te da confianza
y esperanza singulares ante su Majestad:
Porque tú sólo me das seguridad.(salmo 4,10)
Al Hijo le
dirás: Señor no soy digno, etc.”, Que no eres digno de recibirle a causa de tus
palabras inútiles y malas y de tu infidelidad en su servicio, pero que no
obstante, le suplicas tenga piedad de ti, que le introducirás en la casa de su
propia Madre que es también tuya y que no le dejarás partir hasta que venga a
habitar en Ella: “Cuando encontré el
amado de mi alma; lo abracé y no lo soltaré más hasta que lo haya hecho entrar
en la casa de mi madre..” (Cantares 3,4). Ruégale que se levante y venga al
lugar de su reposo y al arca de su santificación: “Levántate, Señor, ven a tu mansión; ven con el arca de tu poder”
(salmo 131,8). Dile que no confías lo más mínimo en tus méritos, ni en tus
fuerzas y preparaciones-como Esaú- sino en los de María, tu querida madre-como
el humilde Jacob en los cuidados de Rebeca; que por muy pecador y Esaú que
seas, te atreves a acercarte a su santidad, apoyado y adornado con los méritos
y virtudes de su Santísima Madre.
Al Espíritu
santo le dirás: ”Señor, no soy digno…”,
que no eres digno de recibir la obra maestra de su amor a causa de la
tibieza y maldad de tus acciones y de la resistencia a sus inspiraciones, pero
que toda tu confianza es María, su fiel Esposa. Dile con san Bernardo: Ella es mi suprema confianza y la única
razón de mi esperanza”. Puedes también rogarle que venga a María su
indisoluble Esposa. Dile que su seno es tan puro y su corazón está tan
inflamado como nunca y que si no desciende a tu alma, ni Jesús ni María podrán
formarse en ella ni ser dignamente hospedados.
Después de la
Comunión.
Después de la Sagrada Comunión, estando recogido interiormente y
cerrados los ojos, introducirás a Jesucristo en el Corazón de María. Se lo
entregarás a su Madre, quien lo recibirá amorosamente, lo colocará dignamente,
lo amará perfectamente, lo abrazará estrechamente y le rendirá en espíritu y
verdad muchos obsequios que desconocemos a causa de nuestras espesas tinieblas.
O te mantendrás, profundamente humillado dentro de ti mismo, en presencia
de .Jesús que mora en María. O permanecerás como el esclavo a la puerta del
palacio del Rey, quien dialoga con la Reina. Y mientras ellos hablan entre sí,
dado que no te necesitan, subirás en espíritu al cielo e irás por toda la
tierra a rogar a las criaturas que den gracias, adoren y amen a Jesús y a María
en nombre tuyo: Vengan adoremos (salmo
94,6).
O pedirás tú mismo a Jesús, en unión de María, la llegada de su reino a
la tierra, por medio de su Santísima Madre, o la Divina Sabiduría, o el amor
Divino, o el perdón de tus pecados ,o alguna otra gracia, pero siempre en María
y por María, diciendo, mientras fijas los ojos en tu miseria :”No
mires, Señor, mis pecados” sino las virtudes y méritos de María. Y
acordándote de tus pecados, añadirás: “Algún
enemigo lo ha sembrado” (Mateo
13,28) Yo, que soy mi mayor enemigo; yo cometí esos pecados. O también :”Hazme justicia, oh dios, defiende mi causa
contra gente sin piedad, sálvame del hombre traidor y malvado” (salmo 42,1)
que soy yo mismo. O bien :”Jesús mío, conviene
que tú crezcas en mi alma y que yo
disminuya (Juan 3,30). María es necesario que tú crezcas en mí y que yo sea
menos que nunca .¡Oh Jesús! ¡Oh María! ¡Crezcan en mí! ¡Multiplíquense fuera,
en los demás!.
Hay mil pensamientos más que el espíritu Santo sugiere y te sugerirá
también a Ti, si eres verdaderamente hombre interior, mortificado y fiel a la
excelente y sublime devoción que acabo de enseñarte. Pero, acuérdate que cuanto
más permitas a María obrar en tu Comunión, tanto más será glorificado
Jesucristo, y que tanto más dejarás obrar a María para Jesús y a Jesús para
María, cuanto más profundamente te humilles y los escuches en paz y silencio, sin inquietarte por ver, gustar o
sentir. Porque el justo vive en todo de la fe y particularmente en la sagrada
Comunión, que es acto de fe:” El justo
mío, si cree vivirá” (hebreos 10,38).
CONSAGRACION
De sí mismo a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, por
las manos de María.
¡Sabiduría eterna y encarnada!, amabilísimo y adorable
Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre eterno y de
María siempre Virgen!
Te adoro profundamente en el seno y esplendores del
Padre durante la eternidad, y en el seno virginal de María, tu dignísima Madre,
en el tiempo de la Encarnación.
Te doy gracias por haberte anonadado, tomando forma de
esclavo para liberarme de la cruel esclavitud del demonio.
Te alabo y glorifico por haberte sometido libremente y
en todo a María, tu Santa Madre, para hacerme por ella tu esclavo fiel.
Pero ¡ah!, ingrato e infiel como soy, no he cumplido
contigo los votos y promesas que tan solemnemente te hice en el Bautismo, no he
cumplido mis obligaciones: no merezco llamarme hijo ni esclavo tuyo.
Y no habiendo en mí nada que no merezca tu rechazo y
tu cólera, no me atrevo a acercarme por mí mismo a tu santa y augusta Majestad.
Por ello acudo a la intercesión y misericordia de tu
Santísima Madre. Tú me la has dado como mediadora ante Ti. Yo espero alcanzar
de Ti, por mediación suya, la contrición y el perdón de mis pecados, y la
adquisición y conservación de la Sabiduría.
Te saludo, pues, María inmaculada, tabernáculo
viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna, escondida, quiere ser
adorada por ángeles y hombres.
¡Te saludo, Reina del Cielo y de la tierra!: a tu
imperio está sometido cuanto está debajo de Dios.
¡Te saludo, Refugio seguro de los pecadores!: todos
experimentan tu gran misericordia.
Atiende a mis deseos de alcanzar la Divina Sabiduría,
y recibe para ello los votos y ofrendas que en mi bajeza vengo a presentar.
Yo, N.N., pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en
tus manos hoy en tus manos los votos de mi Bautismo: renuncio para siempre a
Satanás, a sus pompas y a sus obras, y me consagro totalmente a Jesucristo, la
Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz en su seguimiento todos los días de mi
vida y a fin de serle más fiel de lo que he sido hasta ahora.
Te escojo hoy en presencia de toda la corte celestial,
por mi Madre y Señora. Te entrego y consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo
y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y hasta el valor de mis buenas
acciones pasadas, presentes y futuras.
Te dejo un entero y pleno derecho para que dispongas
de mí y de cuanto me pertenece sin excepción, según tu voluntad, para la mayor gloria
de Dios en el tiempo y la eternidad.
¡Recibe, Virgen bondadosa!, esta humilde ofrenda de mi
esclavitud: en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría eterna ha querido
tener para con tu maternidad; como homenaje al poder que ambos tienen sobre
este gusanillo y miserable pecador; y en acción de gracias por los privilegios
con los que la Santísima Trinidad ha querido favorecerte.
Declaro que de hoy en adelante quiero, como verdadero
esclavo tuyo, buscar tu honor y obedecerte en todo.
¡Madre admirable!, preséntame a tu querido Hijo en
calidad de eterno esclavo, a fin de que, habiéndome rescatado por tu mediación,
me reciba ahora de tu mano.
¡Madre de misericordia!, concédeme la gracia de
alcanzar la verdadera Sabiduría de Dios, colocándome, con ese fin, en el número
de aquellos a quipenes amas, enseñas
diriges, nutres y proteges como a tus verdaderos hijos y esclavos.
¡Virgen fiel!, haz que yo sea en todo tan perfecto
discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo. Tu Hijo, que
logre llegar, por tu intercesión y a ejemplo tuyo, a la plenitud de su edad en
la tierra y de su gloria en el Cielo. Amén.
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